Las
Tecnologías de la Información y las Comunicación (TIC) son
incuestionables y están ahí, forman parte de la cultura tecnológica
que nos rodea y con la que debemos convivir. Amplían nuestras
capacidades físicas y mentales. Y las posibilidades de desarrollo
social.
Estas
tecnologías son cambiantes, siguiendo el ritmo de los continuos
avances científicos y en un marco de globalización económica y
cultural, contribuyen a la rápida obsolescencia de los conocimientos
y a la emergencia de nuevos valores, provocando continuas
transformaciones en nuestras estructuras económicas, sociales y
culturales, e incidiendo en casi todos los aspectos de nuestra vida:
el acceso al mercado de trabajo, la sanidad, la gestión burocrática,
la gestión económica, el diseño industrial y artístico, la
educación... Tal
situación desencadena posicionamientos a favor(tecnófilos) o en
contra (tecnófobos) de los nuevos cambios que condicionan y
determinan
la cotidianeidad ciudadana.
Entre los aspectos
positivos más destacables podrían apuntarse: la posibilidad de
tener acceso a la información desde cualquier parte del planeta,
eliminando fronteras, distancias; en el ámbito educativo y
formativo, la posibilidad de hacer más cómoda la
enseñanza-aprendizaje, mediante las aulas virtuales, a través de
Internet, adaptándose a las características concretas de cada
usuario, etc
Aunque, por otra
parte también están creando efectos no tan favorables como el
aislamiento de algunas personas al estar conectadas todo el día a la
red, en detrimento de las relaciones interpersonales; la frialdad de
la enseñanza a través de videoconferencias, al no existir contacto
directo entre las personas, en este caso docente-discente; o los
medios al servicio del poder
económico
considerados como núcleo creador de desigualdades (“brecha
digital”) y base de manipulación al conformar estados de opinión
acordes con las relaciones de poder vigentes. Así como los efectos
que las Nuevas Tecnologías están ocasionando sobre el campo de la
ética y la moral, al superponer en la escala de valores a la
“máquina”(interés económico) por encima de la persona.
Estas
reflexiones incitan a plantearse, desde una visión de futuro cómo
abordar los nuevos desafíos y retos desde una intervención
educativa adecuada. El avance tecnológico se incrementa a pasos
agigantados, por lo que el Sistema Educativo, deberá desempeñar un
doble cometido: desarrollar en la sociedad la capacidad de
razonamiento crítico, autónomo y reflexivo, y ser capaces de
aplicar las técnicas y procedimientos adecuados (saber cómo) para
acceder a las fuentes de la información (“aprender a aprender”),
adoptando un papel alfabetizador para aquellos que pertenecen a otra
generación y se encuentran desajustados ante el
imparable y acelerado desarrollo tecnológico.
(1ª Semana: 17 y 19 Septiembre)
BIBLIOGRAFÍA
Inmaculada
Aznar, María Pilar Cáceres. Francisco Javier Hinojo (2005) El
impacto de las TICs en la sociedad del milenio: nuevas exigencias de
los Sistemas Educativos ante la “alfabetización tecnológica”.
Étic@ net
Pere
Marqués Graells (2000). Las TICs y sus aportaciones a la
sociedad
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